¿Alguna vez te ha sucedido que sales de viaje con tus cuates y el tema de las cuentas se vuelve complicado? ¿Quién puso cuánto para la gasolina? ¿Quién pagó el desayuno? ¿Quién aportó para la primera caseta… y para la segunda? ¿A quién le debo qué? ¿Quién me debe?

Estas cosas suceden a menudo en los viajes y no siempre es tan sencillo organizar las cuentas ya que pasaron algunos días o, peor aún, ya que todos regresaron del viaje. En el mejor de los casos, todo queda entre amigos e inclusive algunas deudas se llegan a condonar con un cálido: «¡a la próxima te toca a ti!». Sin embargo, qué tal en los viajes en donde el novio de tu prima te quedó a deber una lanita y ahora resulta que ya ni anda con ella -¿pues qué pasó en el viaje?- o el amigo de tu amigo -quien venía de visita- ya se regresó a su pueblo después de haber sido gratamente financiado por ti y ni cómo cobrarle.

Si has estado en alguna de estas circunstancias, seguramente las preguntas y situaciones te resultan familiares. Si no, mándale esta publicación a quien consideres que le será de utilidad.

Habiendo dicho esto, ahora quiero compartirte «la técnica del botecito«. Personalmente, lo que me gusta de esta técnica es su transparencia y facilidad para la organización.

En primer lugar, quiero diferenciar 2 conceptos importantes. La técnica aplica para los gastos comunes.

  1. Gastos comunes. Estos gastos tienen que ver con el dinero que se utiliza para beneficio de todos como gasolina, casetas, estacionamientos (incluyendo la posible propina a los «viene-viene«, entre otros. -¡Éjele!, no se vale decir que el hecho de que tú desayunes es en beneficio de todos porque irás de buenas en el viaje. Eso es un gasto individual que resaltaré a continuación.
  2. Gastos individuales. Estos gastos tienen que ver con el dinero que cada persona utiliza para beneficio propio. Ejemplos: alimentos personales, compra de recuerditos o «souvenirs«, antojitos -como la clásica nievecita-, por mencionar algunos.

Las reglas del botecito:

  1. Cada quien deposite una cantidad convenida -digamos $200 pesos- en un «botecito» -también puede ser una bolsita tipo ziploc, un monedero que alguien aporte para ese fin, la guantera del auto, en fin. De esta manera, iniciará el viaje con un fondo con el que se cubrirán los gastos comunes.
  2. Si se van a comer y todos deciden que la cuenta se divida en partes iguales, entonces sí pueden usar el dinero del botecito.
  3. Si se llega a acabar el dinero, aporten más en cantidades iguales (si consideran que ya no requieren tanto, en esta ocasión pueden depositar 50 pesos per persona o lo que ustedes determinen).
  4. Si al final sobra dinero, se reparte de regreso en partes iguales.

RECOMENDACIÓN IMPORTANTE: si van a dejar el auto, sobre todo en algún valet, llévense el dinero.

Estoy convencido que esta información te ayudará a tener cuentas claras y amistades largas.

¡FELICES VIAJES!